Cara: Aplícala durante tu rutina diaria, unas gotas del aceite de Chía en rostro y cuello antes de ir a dormir, evitando la zona del contorno de ojos. Extiende el aceite de forma uniforme, desde el centro hacia los extremos hasta que se absorba por completo.
Cabello: Después del lavado con tu champú habitual y con el cabello todavía húmedo, aplica unas gotas de aceite en tus manos y peina el cabello entre tus dedos hasta que quede impregnado. Insiste en las puntas y masaje suavemente el cuero cabelludo. Déjalo actuar todo el tiempo que te sea posible (te recomendamos mínimo una hora) y después lava el cabello con champú para quitar el exceso.
Cuerpo: Aunque es el uso menos común, no renuncies a las propiedades del aceite de chía en la piel de tu cuerpo. Aplica una pequeña cantidad en tus manos y masajea tu cuerpo hasta su completa absorción.